DIETA PREVIA AL TEST DEL HIDRÓGENO RESPIRATORIO
Esta prueba es una de los principales métodos indirectos de diagnóstico de la deficiencia de lactosa.
Se basa en la detección, en el aire espirado, de los productos de la fermentación microbiana colónica originados a partir de la lactosa no hidrolizada en el intestino delgado, siendo el hidrógeno uno de ellos.
Existe una clara relación entre el aumento de hidrógeno en el aire espirado y la cantidad de lactosa no absorbida.
La realización de este test exige seguir unas pautas dietéticas, destacando las siguientes:
– No administrar antibióticos en los días previos para no destruir la flora.
– No tomar leche ni lácteos 36 horas antes del inicio de la prueba, ni consumir tabaco o alcohol al menos 12 horas antes.
– Existen alimentos que no contienen lactosa, pero que pueden elevar la concentración de hidrógeno respiratorio, dando lugar por tanto a falsos positivos. Son fundamentalmente todos aquellos que contienen trigo (pan, pasta, galletas,…) y las legumbres (judías, lentejas, guisantes, cacahuetes,…). Todos ellos deben ser evitados en la cena anterior al día de la prueba.
Se precisan 12 horas de ayuno previo a la realización de la prueba, que partiendo de una medición del nivel basal de hidrógeno en el aire espirado, consiste en tomar muestras del aire alveolar a intervalos aproximados de 5 a 8 horas tras la ingesta de lactosa en solución acuosa o en un vaso de leche. Durante su realización no se permite que
el paciente ingiera otros alimentos.
Se considera que hay una malabsorción de lactosa cuando la cantidad de hidrógeno en el aire espirado es mayor o igual a 20 partes por millón.